© Samuel López Chávez 2014. Con la tecnología de Blogger.

martes, 29 de julio de 2014

Tagged under:

Lectura del día [Hay un país en el mundo]




Hay un país en el mundo






Hay un país en el mundo
colocado
en el mismo trayecto del sol.
Oriundo de la noche.
Colocado
en un inverosímil archipiélago
de azúcar y de alcohol.



Sencillamente
liviano,
como un ala de murciélago
apoyado en la brisa.



Sencillamente
claro,
como el rastro del beso en las solteronas antiguas
o el día en los tejados.



Sencillamente
frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo
sencillamente tórrido y pateado
como una adolescente en las caderas.



Sencillamente triste y oprimido.


Sencillamente agreste y despoblado


En verdad.
Con tres millones
suma de la vida
y entre tanto
cuatro cordilleras cardinales
y una inmensa bahía y otra inmensa bahía,
tres penínsulas con islas adyacentes
y un asombro de ríos verticales
y tierra bajo los árboles y tierra
bajo los ríos y en la falda del monte
y al pie de la colina y detrás del horizonte
y tierra desde el canto de los gallos
y tierra bajo el galope de los caballos
y tierra sobre el día, bajo el mapa, alrededor
y debajo de todas las huellas y en medio del amor.



Entonces
es lo que he declarado.



Hay
un país en el mundo
sencillamente agreste y despoblado.



Algún amor creerá
que en este fluvial país en que la tierra brota,
y se derrama y cruje como una vena rota,
donde el día tiene su triunfo verdadero,
irán los campesinos con asombro y apero
a cultivar
cantando
su franja propietaria.



Este amor
quebrará su inocencia solitaria.
Pero no.



Y creerá
que en medio de esta tierra recrecida,
donde quiera, donde ruedan montañas por los valles
como frescas monedas azules, donde duerme
un bosque en cada flor y en cada flor la vida,
irán los campesinos por la loma dormida
a gozar
forcejeando
con su propia cosecha.



Este amor
doblará su luminosa flecha.
Pero no.
Y creerá
de donde el viento asalta el íntimo terrón
y lo convierte en tropas de cumbres y praderas,
donde cada colina parece un corazón,
en cada campesino irán las primaveras cantando
entre los surcos
su propiedad.



Este amor
alcanzará su floreciente edad.
Pero no.



Hay
un país en el mundo
donde un campesino breve,
seco y agrio
muere y muerde
descalzo
su polvo derruido,
y la tierra no alcanza para su bronca muerte.



¡Oídlo bien! No alcanza para quedar dormido.
Es un país pequeño y agredido. Sencillamente triste,
triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije:
sencillamente triste y oprimido.



Procedente del fondo de la noche
vengo a hablar de un país.
Precisamente
pobre de población.
Pero
no es eso solamente.
Natural de la noche soy producto de un viaje.
Dadme tiempo
coraje
para hacer la canción.



Plumón de nido nivel de luna
salud del oro guitarra abierta
final de viaje donde una isla
los campesinos no tienen tierra.



Decid al viento los apellidos
de los ladrones y las cavernas
y abrid los ojos donde un desastre
los campesinos no tienen tierra.



El aire brusco de un breve puño
que se detiene junto a una piedra
abre una herida donde unos ojos
los campesinos no tienen tierra.



Los que la roban no tienen ángeles
no tienen órbita entre las piernas
no tienen sexo donde una patria
los campesinos no tienen tierra.



No tienen paz entre las pestañas
no tienen tierra no tienen tierra.



.......


Miro un brusco tropel de raíles
son del ingenio
sus soportes de verde aborigen
son del ingenio
y las mansas montañas de origen
son del ingenio
y la caña y la yerba y el mimbre
son del ingenio
y los muelles y el agua y el liquen
son del ingenio
y el camino y sus dos cicatrices
son del ingenio
y los pueblos pequeños y vírgenes
son del ingenio.



Es verdad que en el tránsito del río,
cordilleras de miel, desfiladeros
de azúcar y cristales marineros
disfrutan de un metálico albedrío,
y que al pie del esfuerzo solidario
aparece el instinto proletario.



Pero ebrio de orégano y de anís,
y mártir de los tórridos paisajes
hay un hombre de pie en los engranajes.
Desterrado en su tierra. y un país,
en el mundo,
fragrante,
colocado
en el mismo trayecto de la guerra.
Traficante de tierras y sin tierra.
Material. Matinal. Y desterrado.



.......


Quiero ver su amargura necesaria
donde el hombre y la res y el surco duermen
y adelgazan los sueños en el germen
de quietud que eterniza la plegaria.



Donde un ángel respira.
donde arde
una súplica pálida y secreta
y siguiendo el carril de la carrera
un boyero se extingue con la tarde.



Después
no quiero más que paz.
Un nido
de constructiva paz en cada palma.
Y quizás a propósito del alma
el enjambre de besos
y el olvido.

Pedro Mir


Cada vez que que lo leo me emociona y me divierte sobremanera ya que que en conjunto con una rima acogedora tiene un mensaje real sobre nuestro adorado país: República Dominicana. Fue publicado en la capital de Cubana en el año 1949, Pedro Mir estaba en el exilio y el buscaba dar una perspectiva diferente de la realidad dominicana con este encantador poema.


En el cuarto párrafo dice: «Sencillamente frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo sencillamente tórrido y pateado como una adolescente en las caderas. Sencillamente triste y oprimido.» aquí el autor, en mi opinión, trata de expresar una realidad, y es que nuestro país está repleto de los materiales necesarios, de las riquezas naturales requeridas para que toda su gente tenga una excelente calidad de vida. Sin embargo, allí se estipula que hemos sido pateado y vivimos tristes y oprimidos. Aunque quizás esta no esa no sea la realidad de todo el dominicano, si pienso que nuestro país se encuentra oprimido al igual que muchas naciones latinoamericanas, y esto se debe al sistema EXCLUYENTE en el que está sumido el mundo, lo que quiero decir es que el que manda, el jefe, el que toma las decisiones serias, es aquel con más recursos, y esto se ve reflejado en todos los ámbitos desde el ciudadano común hasta entre los países supuestamente hermanos. Estas desigualdades en conjunto con las malas políticas son la receta perfecta para que nuestra República Dominicana siga siendo oprimida.

Pienso que esta imagen describe lo que quiero expresar

Este gran poema expresa la realidad sobre como viven los campesinos y humildes dominicanos, exaltando los atributos de este pueblo, pero a la vez criticando la mediocre forma que la aprovechamos, expresando que aunque se tenga las posibilidades de salir adelante, no lo hacen y esto en mi opinión es culpa de tod@s, no podemos aborrecer al gobierno, ni a la circunstancias, todo esto es creado por nosotros los ciudadanos, pero hasta que las personas no entiendan esto no tendremos un nido de prosperidad y paz como lo dice el poema.


Sobre Pedro Mir:


Nació en San Pedro de Macorís y murió en Santo Domingo. Poeta, narrador, ensayista y profesor universitario dominicano. Por su profunda voz poética se le considera como uno de los grandes bardos de la poesía hispanoamericana con tema de compromiso social, a favor de los explotados.

Hijo de un cubano y una puertorriqueña, vivió en un área dedicada al cultivo de la caña de azúcar. Esta mezcla de razas y culturas que le tocó vivir se manifiesta en la su labor de poeta, que se puede ver reflejada en muchos de sus mejores poemas.

Estudió Leyes en la Facultad de Derecho y se doctoró en esta materia, llegando a ser profesor universitario. Pero su fama le viene de sus poemas que aparecieron por primera vez en Listín Diario. Estos primeros poemas despertaron el interés de algunos críticos, pensando que sería el portavoz y mensajero de la voz dominicana de aquellos tiempos inquietos.

Pero esta esperanza no se hizo sentir hasta que, desde el exilio en Cuba, apareció su largo poema: "Hay un país en el mundo", con el subtítulo de "Poema gris en varias ocasiones", hermoso canto a su país de origen, Santo Domingo, carente de identidad y libertad por haber estado siempre colonizado socioeconómica y políticamente por potencias extranjeras. Este primer poema vino a considerársele como una nueva poética. Todo su poemario, de hecho, es un grito de protesta contra estas fuerzas ajenas y una llamada de atención a la falta de identidad nacional. Con este poema se consagró el poeta más representante de su país en el siglo XX y, quizás, uno de los más grandes del mundo de las letras hispanoamericanas.



Hay un país en el mundo [Quisqueya la bella]

Les dejo una gran canción enalteciendo nuestro país de un cantante y autor dominicano "Eliacim"


Reiterando el con esta publicación el valor que se le debe dar a los nuestro. Nuestra cultura, folclor, literatura, arte y demás son realmente hermosos y valiosos pero si nadie las difunde y las aprecia ¿quién lo hará?.



0 comentarios:

Publicar un comentario